sábado, 18 de noviembre de 2017

LAS FABULAS

¿QUE ES LA FÁBULA?

La palabra fábula proviene del término latino fabŭla. Tal como explica el diccionario de la Real Academia Española (RAE), se trata de un relato de ficción que carece de gran extensión, puede estar desarrollado en verso o prosa y tiene como principal característica su voluntad didáctica. Lo habitual es que la fábula enseñe a través de una moraleja que cierra la historia en cuestión.

Los historiadores afirman que las fábulas surgieron cuando los esclavos grecorromanos dedicados a la pedagogía buscaban transmitir nociones éticas a los pequeños. Estas instrucciones respetaban la moral pagana e indicaban que las virtudes naturales de las cosas no podían cambiarse. Con el cristianismo, en cambio, las fábulas comenzaron a incluir la posibilidad de cambio dentro de la conducta humana.

Muchos son los autores que a lo largo de los siglos han llevado a cabo la creación de fábulas con el objetivo de entretener, de enseñar y de mostrar sus cualidades literarias. Entre ellos destaca, sin lugar a dudas, el francés Jean de La Fontaine que realizó durante el siglo XVII una gran colección de obras enmarcadas en este tipo de género.

Las fábulas pueden presentar a seres humanos, animales y otras clases de seres como personajes. Como género literario, se trata de una narración breve que finaliza con alguna enseñanza.


Un escritor español cuyo nombre se identifica claramente con el género de la fábula pues consiguió crear una amplia colección de obras de este género que han conseguido sobrevivir al paso del tiempo y que han ido pasando de generación en generación es Félix María Samaniego.

Este autor, nacido en Álava en 1715, se caracterizó porque utilizó el verso para realizar sus fábulas y porque ellas estaban cargadas de una gran crítica a determinadas costumbres o normas morales, a las actitudes llevadas a cabo por los políticos de aquel momento o a personajes de la sociedad que no eran precisamente un dechado de virtudes.

Entre sus fábulas más conocidas y que han llegado de manera muy activa hasta nuestros días se encuentran La cigarra y la hormiga o La zorra y las uvas
 
La mayoría de las fábulas presentan un modelo común. Se inician con un planteamiento breve que presenta el conflicto entre dos o tres personajes, comúnmente animales, aunque también aparecen plantas, hombres y dioses. El conflicto se desarrolla de forma muy breve y se resuelve de manera que presenta alguna enseñanza. Una vez terminada la fábula, esta enseñanza o moraleja suele recogerse de manera explícita mediante un texto breve que la resume a modo de conclusión.

Por lo tanto podemos afirmar que las fábulas tienen doble intención. Por una parte, nos entretienen y deleitan; por otra, pretenden dejarnos una lección, preferentemente moral, que contribuye a nuestro crecimiento espiritual.

Los personajes protagonistas tienen un valor simbólico, y el suceso que se narra se plantea como una anécdota sucedida en un tiempo y un lugar indeterminados. Los temas, por otra parte, son muy variados y tocan el amor, la avaricia, el miedo, el poder, la vanidad, la muerte, el deseo, la estupidez, la debilidad, la justicia y una larga lista de virtudes y de vicios que retratan la esencia del ser humano.

ESTAS SON LAS PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LAS FÁBULAS:
El género
Las fábulas pueden estar escritas en verso o en prosa.

La brevedad
Suelen ser historias breves.

La presencia de los elementos esenciales de la narración
Acostumbra a haber un narrador que cuenta lo que les sucede (acción) a unos personajes en un lugar y en un tiempo indeterminados. Las fábulas, como los cuentos populares, no se sitúan en una época concreta. Son intemporales.

Una estructura sencilla
El esquema de muchas fábulas empieza con la presentación de una situación inicial, tras la cual se plantea un problema, que unas veces tiene solución y otras no. La historia finaliza con una moraleja.

Los personajes
Los personajes son, en su mayoría, animales u objetos humanizados. 
 
Los temas
Los vicios son los temas tratados en las fábulas (la envidia, la avaricia, la arrogancia, la mentira…).
La intención
Detrás de cada fábula hay una crítica hacia ciertos comportamientos y actitudes, que se disimula con el uso de personajes humanizados.

La moraleja
La moraleja es una enseñanza moral, es decir, un consejo o pauta de conducta. La moraleja puede ser una frase o una estrofa. La más corriente es el pareado, una estrofa de dos versos que riman entre sí.

Tipos de Fábula


Existe una gran variedad fábulas y moralejas, pero dentro de ese gran un mundo, hay una serie de criterios que permite al lector no perderse en la repetición de los ejemplos, en la proximidad de los temas y en las diferencias que pequeños matices de cada una de ellas.

El criterio de clasificación, tiene como centro el estudio de los personajes, es decir, lo protagonista que intervienen en ellas. Cada personaje se define por tener la facultad de razonar, y por tratar temas relacionados con los seres humanos (a pesar de ser animales, plantas y minerales quienes interpretan).

Hay 5 centros de interés que son:

  1. El Dios o los “dioses” falsos
  2. Los hombres
  3. Los animales
  4. Los vegetales y
  5. Las cosas inanimadas (principalmente suelen ser objetos)

     Un ejemplo de fábula: La increíble historia de estrellita

     

    Estrellita del mar era muy bella, por dentro y por fuera. Todos los demás habitantes del océano eran testigos de dicha belleza, y se lo hacían saber casi cada día al cruzarse con ella. Era muy admirada y querida bajo el fondo del mar y, sin embargo, Estrellita estaba triste.

    Cuando salía a la superficie del mar, Estrellita contemplaba el cielo y envidiaba el brillo y la luminosidad de aquellas estrellas. Compartían nombre, pero Estrellita se sentía mucho más fea e inferior que ellas. Cada vez que se asomaba por fuera del mar, y también cuando no, deseaba con fuerza convertirse en una de aquellas estrellas brillantes y luminosas del firmamento. Y a veces era tan fuerte el deseo, que la comía por dentro.

    Un pez amigo suyo, que observaba su desdicha, le dijo: Estrellita, no tienes nada que envidiar a tus hermanas del cielo, porque tu belleza es tan brillante o más que la de ellas. Tú eres valiosa por fuera y por dentro.

    Estrellita, aunque agradecida por las palabras de su amigo, no se convenció, y continuó triste soñando ser de otra forma. Suspiraba noche tras noche y se recreaba en su tristeza contemplando el cielo, cada vez un poquito más triste.

    Hasta que un día, Estrellita soñó que era una estrella del Universo, esa con la que tantas veces había soñado. Pero el mar se veía entonces muy lejos, y sus amigos quedaban atrás, no pudiendo ni siquiera saludarlos. También estaba lejos del resto de estrellas del cielo, a pesar de que desde el agua parecían amontonarse y estar todas muy unidas. Y no se sintió dichosa allí en el cielo.

    Al despertar de aquel sueño, Estrellita comprendió lo que aquello significaba, y es que nadie es perfecto ni puede estar siempre dichoso, y por ello tenemos que aprender a querernos como somos, no enviando nunca a los demás. Solo ese es el camino para poder ser felices, en el cielo, en el mar, o en cualquier otro lugar.
     

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